¿En dónde estudiaste?

 

Estudié en la Fundación Mier y pesado  de la Villa y me gradué como auxiliar de contador, pero siempre me llamó la atención la radio, pero nunca pensé en estudiar periodismo. Así que después de graduarme empecé a trabajar como secretaria en un despacho en Insurgentes.

 

¿Y cómo sentías ese trabajo?

 

En realidad, cuando llegué a pedir el trabajo me sentía muy segura y pude reflejar eso cuando me entrevisté con los jefes.  Pero cuando empecé a trabajar me di cuenta qué no sabía ni cómo prender la máquina de escribir, la cual se conectaba a la luz y no se parecía en lo más mínimo a las máquinas de mi clase de taquimecanografía.

 

¿Cuánto tiempo estuviste trabajando en ese lugar?

 

Trabajé aproximadamente 7 años, de hecho los primeros cuatro años estuve trabajando en los dos turnos, me llevaba con mis compañeros, que eran más grande que yo, pero aun así todos eran jóvenes de un promedio de 25 años. Posteriormente decidí entrar a estudiar la prepa cuando tenía 20 años y yo misma me pagaba mi colegiatura en el Benjamín Franklin.

 

¿Cómo era estudiar con personas más chicas que tú?

 

En realidad al inicio, siempre regañaba a  mis compañeras cuando no hacían sus tareas y me desesperaba que se la pasaran aventándose papelitos, lo cual era normal para su edad, pero les decía que no tenían ni idea de cuánto costaba su colegiatura y que deberían de aprovecharla.

 

¿Y cómo le hacías para trabajar y estudiar al mismo tiempo?

 

Era todo un espectáculo el verme llegar al colegio, ya que en una mano traía mi traje en un gancho, me colgaba la mochila, dos almuerzos y en la otra mano mis rotafolios y materiales de la escuela, llegaba siempre al lugar enfrente del profesor para poder colgar mi traje en la ventana. Pero cuando llegaba al trabajo con mis calcetitas, zapatos negros y todas mis chivas, me cambiaba en el baño y salía súper diferente.

 

Pero definitivamente el hecho de estar en la oficina me facilitó mucho mis trabajos, pues podía entregarlos a máquina y tenían mayor presentación.  Y cuando ya estás trabajando empiezas a desarrollar  más tus habilidades y si de por sí yo era muy amiguera cuando empecé a trabajar empecé a notar que conocía a muchas personas, lo cual es muy bueno.

 

¿Cómo fue que la vida te llevó a entrar al medio?

 

Terminé la prepa y un día mi hermana me dijo que me había conseguido una entrevista con Raúl del Campo, definitivamente era algo que siempre había querido y me emociono mucho saberlo.  Fui a ver la escuela y me quedé impactada, pues era lo que siempre me había llamado la atención y algo que quería hacer. Hice mi examen y como apenas había salido de la prepa los conocimientos estaban frescos y no necesité estudiar mucho, y empecé a estudiar en el taller de Raúl del Campo a los 24 años.

 

Desde ese momento la palabra creatividad se volvió muy importante, ya que solíamos hacer ejercicios de creatividad en dónde formábamos una historia entre el grupo y no podíamos perder el hilo, lo cual nos ayudaba mucho a la imaginación, la concentración y la improvisación.

 Raúl nos llevaba a los estudios de grabación y podíamos ver a los actores de radionovelas hacer su trabajo, lo que siempre me gustaba escuchar estaba viendo cómo lo hacían.  Raúl del Campo una ocasión nos llevó a un estudio de Dennis de Calaf a grabar audiolibros y estuvimos horas en el estudio, pero lo disfruté mucho. Hice mi examen para sacar mi licencia de locución y después de dos exámenes conseguí mi licencia tipo B.

 

Fulvio loto mayor me comentó sobre un programa en el once, enfocado en consejos de belleza y empecé a trabajar en “Cómo hacer para mejorar tu imagen” y cada semana expertos con estos temas y utilicé mis contactos, pues a mis amigas de la prepa, que eran más chicas que yo, les pedí que fueran  mis modelos y hasta una ocasión contacté a mi profesor de historia y le comenté que estaba trabajando en el programa y que quería incluirlo en uno y muy feliz aceptó y grabamos un programa sobre la ofrenda de día de muertos y cada uno de sus significados.

 

El día que Raúl del Campo falleció, se celebró la primera entrega de los premios a la creatividad en radio en el Palacio de Bellas Artes. Y en lugar de ir al funeral, consideré mejor honrar la memoria de mi maestro asistiendo a esta premiación que era el conjunto de lo que él siempre hablaba, su famosa Creatividad. Recuerdo que la premiación fue muy formal, con copas, canapés y de largo y fui sola, pero me encontré a algunos amigos en el lugar.

 

Después trabajé en Radiopolis, en un programa llamado la reina del camino, el cual era dirigido a traileros y yo le prestaba mi voz a Reina y jugaba con el doble sentido, el programa era de las 11:00 a las 5:00 de la mañana y se podían escuchar los trailers al pasar por fuera de Radiopolis. Y en las mañanas era secretaria igual en Radiopolis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tuve la oportunidad de trabajar en la embajada de México en Guatemala como reportera y hasta pude entrevistar al ex presidente de México, Miguel de la Madrid.Cuando regresé al país entré a Radio Trece y aquí aparte de entrevistar a personajes como Daniela Romo que me parecía increíble, pude trabajar en el área de producción con Jorge Zúñiga en “lo que el viento no se llevó” y poder estar en cabina aprendiendo de todo lo que contaba sobre la historia de México era todo un placer.

 

 

También empecé a producir comerciales y una ocasión llevé a uno de mis sobrinos para grabar un comercial para desear feliz navidad y como aún estaba pequeño su voz de niño se escuchaba muy padre. Y me tocó aún editar a mano, cortar la cinta y pegarla, pero podía disfrutar de la fonoteca.

 

En este periodo había trabajado con mi primo como secretaria primero y después como socia de la empresa y dentro de la empresa conocí a Hugo, mi esposo. Pero en realidad, cuando nos conocimos no nos llevábamos bien, de hecho me caía gordo y él dice lo mismo. Yo decidí segur con la locución y dejé la empresa y empecé a salir con Hugo, nos llevamos bien, nos casamos y ahora tenemos dos hijas, Vanesa, que es la mayor y Ana Paula. Así terminó esta etapa de mi vida, de la cual nunca había hablado, ni con Vane, ni con Pau, ya que cuando nació Vane me dediqué por completo a ser mamá y después con Pau.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Ahora que ellas están más grandes, no regresarías?

 

Mi voz ya no está educada, y aun así mis contactos ya no están y les dan mayor preferencia a los chicos que estudiaron una carrera como lo es Ciencias de la Comunicación. Claro que me gustaría, pero no sería tan fácil como lo fue en su tiempo. Pero definitivamente lo disfruté mucho, aprendí, hice muchos amigos y contactos y me divertí.

 

 

 

Por: Itxchel Ayala